Juan José Noguera Rubio
Nací en Pliego el 15 de Mayo de 1980 en el seno de una familia de agricultores. Mis padres Pedro y Josefa, tuvieron tres hijos más antes que yo, por lo que soy el cuarto y el menor de todos. En este pueblo, en la Parroquia de Santiago Apóstol recibí las aguas bautismales un día de San Pedro y San Pablo, 29 de Junio, de ese mismo año. Mi primera Comunión la recibí en esta Parroquia el 21 de Mayo de 1989 y el Sacramento de la Confirmación un 27 de Mayo de 1997.
Desde pequeño sentía necesidad de estar cerca de las cosas de Dios y con apenas 6 o 7 años ya me recuerdo no sólo recibiendo catequesis sino participando activamente de las cosas de mi parroquia, sobre todo de la liturgia, de la mano de tres grandes Sacerdotes que ejercían su ministerio en mi pueblo por aqueños años: D. Ginés, D. Francisco y D. Alfonso Cerón, hermanos. También de mi profesora de Religión y pilar importante en mi comunidad Parroquial: Magdalena Fuentes. Pero el encuentro fuerte con el Señor se produce a partir de los 11 o 12 años, después de uno o dos de fuerte sequía interior, angustia, sufrimiento... Y a los pies de la Santísima Virgen de los Remedios, Madre y Patrona de Pliego, a cuya Ermita, ubicada muy cerca de mi casa acudía largos ratos, a diario, en búsqueda de respuestas. En su Corazón Inmaculado no hallé grandes respuestas, en realidad, tampoco las había, pero sí un amor sobrenatural, indescriptible, un consuelo y una fuerza únicos que propiciaron en reencuentro con su Hijo Jesucristo.
No sólo reavivé el Don de la Fe al cobijo del Corazón de la Santísima Virgen María sino la vocación al Ministerio Sacerdotal, la llamada que el mismo Jesucristo me estaba haciendo para el servicio al pueblo de Dios: ese mismo Amor, ese consuelo... todo lo que hallé en aquel Corazón era obra de Dios y Él no lo vertía en mí para mi sanación o mi disfrute, sino para verterlo por medio de mí en los hombres y mujeres de este mundo; yo pobre y débil instrumento, pero "querido" instrumento por Dios.
Esa llamada la discerní durante al menos cuatro o cinco años, ayudado por otro Párroco, D. Francisco Rubio Miralles y, al fin, con la fuerza del Espíritu Santo tras de la Confirmación, decidí marchar, "contra viento y marea", al Seminario Diocesano San Fulgencio, para una experiencia vocacional llamada Pre-seminario, el curso 97/98, entrando definitivamente en primero al año siguiente.
Hubo infinidad de dificultades, oposición, sufrimiento... pero si una claridad cada vez mayor. El discernimiento de la Iglesia fue favorable y un 4 de Julio de 2003 recibí el orden Sagrado del Diaconado en la Iglesia de San Benito en Murcia. Ejercí este ministerio entre Caravaca de la Cruz (los siete últimos meses del primer Jubileo a perpetuidad) y Archena, donde viví todo un año. El 10 de Julio de 2004, en el seno de mi comunidad Parroquial, en mi pueblo de origen, entre el júbilo manifiesto de un pueblo que me quiere y agradecía a Dios el Don de la Vocación, se celebró mi Ordenación Sacerdotal, presidida por el entonces Obispo D. Manuel Ureña Pastor.
Al día siguiente, Domingo día 11, festividad de San Benito, Patrono de Europa, presidí por primera vez la Santa Misa, con indescriptible emoción y gratitud a Dios. La hermandad que vela por el culto a la Patrona decidió bajar desde su ermita la Imagen de la Santísima Virgen de los Remedios a la Iglesia Parroquial, viviendo todo esto a sus pies, y expresando así mis estrechos vínculos con esta Imagen y con la misma Hermandad.
A partir de ese momento, los lugares por los que he pasado son los siguientes:
2004 - 2007 - Coadjutor en San Miguel de Murcia.
2007 - 2012 - Párroco de Ntra. Sra. de la Asunción de Villanueva del Río Segura.
Septiembre de 2012 hasta el 12 de Diciembre de 2014 Párroco de “Ntra. Sra. de Cortes” de Nonduermas. Durante el primer año fui nombrado también Capellán del Hospital “Virgen de la Arrixaca” y vice-postulador en la Causa de beatificación de los Mártires de la Diócesis de Cartagena.
El trágico accidente de Cieza acontecido el 8 de Noviembre de 2014 marcaría nuestras vidas para siempre. Trece paisanos Bullenses fallecieron así como el Párroco, hermano y amigo, razón por la cual fui nombrado Párroco de “Ntra. Sra. del Rosario” localidad un 29 de Noviembre de 2014. Inicié mi ministerio en esta comunidad Parroquial, a la que hoy sirvo con celo y amor, un 13 de Diciembre de ese mismo año, festividad de Santa Lucía.
En todos en estos años siempre he sentido cómo el Señor colmaba mi vida de dicha y felicidad y, no siendo fácil las circunstancias, cómo me enviaba la caricia amorosa de la Santísima Virgen María como bálsamo y consuelo, aliento y luz en medio de las vicisitudes de la vida.
Doy gracias a Dios por todo lo recibido: la vida, la fe, el ministerio sacerdotal, el amor de la Virgen; por todas la comunidades parroquiales por las que he pasado y a las que he tenido la oportunidad de servir, por sus gentes, por su acogida, por su cariño, por su experiencia de fe.
Y en el momento presente doy gracias a Dios por esta comunidad parroquial a la que con mucho gozo e ilusión sirvo como párroco bajo el patrocinio de la que es “Tesoro de los Cielos y encanto del Señor”, la Santísima Virgen del Rosario.
Dios me ayude con nuestra Madre del Cielo a permanecer fiel hasta mi muerte en el Ministerio Sacerdotal pues “a mí no me importa la vida, lo que me importa es completar mi carrera y cumplir el encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la Gracia de Dios” (Rm 20, 26)